Para finalizar un menú un alemán puede pedir algo als Nachtisch, «como último plato», es decir, el postre. Se suele emplear el término francés Dessert para referirse a postres algo más elaborados que un simple trozo de tarta, aunque sea simplemente por servirla con algo de nata o alguna salsa dulce. De nuevo, los postres dependen de la zona, aunque podemos destacar algunos genéricos comunes a todo el país.
Bienenstich: Pastel de tres capas relleno de crema y coronado por una masa de almendras.
Berliner: Bollo frito similar al dónut sin agujero relleno de mermelada, fruta o chocolate.
Dampfnudeln: Especie de buñuelos calientes de masa de levadura servidos con salsa de vainilla.
Eierkuchen: Especie de crep o tortita, nombre más común en la zona de Berlín.
Eis: Helado.
Fruchtsalat/Obstsalat: Macedonia de frutas.
Grießpudding: Pudin de sémola de trigo.
Krapfen: Similares a los dónuts, masas de levadura fritas rellenas de mermelada o fruta.
Käsekuchen: Tarta de queso.
Kuchen: Nombre genérico para pasteles y tartas, con múltiples variedades. Suelen tener una base de miga estilo bizcocho, con o sin relleno, normalmente con alguna fruta por encima o frutos secos.
Pfannkuchen: Especie de crep o tortita, aunque en Berlín se llama así al Berliner.
Torte: Si la tarta es del tipo con base de masa quebrada, hojaldre o similar, recibe esta denominación.
Rote Grütze: Pudin de frutos rojos.
Sahne: Nata.
Schwarzwälder Kirschtorte: Pastel de la Selva Negra, de chocolate relleno de nata y cerezas.
Streuselkuchen: Pastel coronado con una mezcla de harina, mantequilla y azúcar, con la apariencia de migas.
Strudel: Pastel enrollado de una masa muy fina y crujiente, similar a la masa filo. El más común es el Apfelstrudel, con manzana, pasas y especias, aunque hay de otros tipos.
Aunque parece un idioma muy complicado, en realidad conociendo algunos de los términos básicos no es difícil manejarse medianamente bien ante la carta de un restaurante alemán. Si estamos muy perdidos podemos intentar solicitar la carta en inglés, pues es algo cada vez más común, especialmente en zonas turísticas. Incluso podemos encontrar la descripción en inglés de cada plato debajo de su nombre en alemán.
En cualquier caso, es recomendable mantener una actitud flexible y abierta, algo siempre recomendable si se viaja al extranjero. Puede que no recibamos el plato que teníamos en mente a pesar de haber reconocido algunas de las palabras de la carta, pero eso es lo interesante de acercarse a otras culturas. Si no se tiene miedo a experimentar, puede ser una buena experiencia probar los platos un poco al azar y así adentrarse mejor en la gastronomía germana.